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De este hombre me viene la afición al campo. Resulta, que hace 20 ó 25 años le daba por recogerme en la puerta del colegio para llevarme a pescar barbos y anguilas. Allá que iba yo montado en el viejo land rover comiendome mi bocata, buscando el Guaidamar.
La mitad de las veces no pescábamos nada, pero tampoco tenia mucha importancia, lo importante era pasar la tarde junto a él, escuchando el agua, oliendo a jara, buscando bichos, conociendo la vida.
Con el tiempo, dejó de entusiasmarle la pesca y cada vez que íbamos al río lo que realmente le interesaba eran las raíces de los árboles. Recogía las más sugerentes, las de formas más extrañas, y luego en casa las convertía en arte.
Una enmarañada raíz de adelfa se transformaba en una banda de música llena de instrumentos que parecían estar sonando. De un tocón quemado de acebuche, aparecía un águila cazando un conejo. De un trozo de brezo, un anciano violinista. Todas esas raíces muertas, se llenaban de vida al tocarlas este artista con sus gubias.
A mi me fascinaba asistir a la creación de sus obras, parecía imposible que de una raíz trenzada de eucalipto donde nadie veía nada, saliese una escultura con más de veinte personajes diferentes, todos ellos con su expresión y movimiento, todos entrelazados escenografiando los horrores de una guerra.
Este hombre tan especial, mi padre, me enseñó a tener valores en la vida, a querer la naturaleza, a respetar a las personas, a disfrutar con el arte... por eso y por otras muchas cosas lo admiro profundamente.
7 comentarios:
Vaya, me alegro un montón de haber leído esta entrada ahora mismo. Y de que la hayas escrito tú.
La grandeza de un artista, o mejor aún, la misma existencia del artista se manifiesta precisamente ahí. Donde nadie ve nada, él ve su obra (después, al observarla finalizada, llegarán los listillos de turno diciendo que eso lo hace cualquiera). He hablado muchas veces (bastantes menos de las que hubiese querido) de arte con tu padre porque presumo que es un tema que nos apasiona a los dos. Me ha contado cómo realiza el trabajo y cómo visualiza el resultado y es abrumador que un genio te cuente sus interioridades.
Su escultura no sólo me parece un trabajo original, fresco y digno, sino que me transporta siempre a un estadio previo del hombre.
Recuerdo que la primera vez que estuve en La Bomba (hará unos 13 años más o menos) recordé de inmediato a Rodin, a esas "Puertas del infierno" que nunca llegaron a materializarse completamente y que estaban revolucionando la historia del arte. Después aprecié mucho más. Si Rousseau tenía razón y existió un estado natural que hemos caracterizado como del "buen salvaje", yo me imagino al mejor artífice de aquella tribu haciendo parecidas esculturas. De aquel buen salvaje copiaron los pueblos orientales de mesopotamia y la meseta irania, desde éstos nació una parte sustancial del arte islámico y, pasando por Rodin, el bronce y la Francia de finales del XIX, arribaron a Gerena a través de Juani.
Esculturas de hombre puro, de la tierra, que no distingue entre lo figurativo y la abstracción porque las formas naturales son siempre eternas y completas. Esculturas inacabadas, o quizás inacabables, serpentiformes, arabescas. El árbol de la vida asirio que siempre nos cobija. Esculturas para el siglo XXI.
Saludos.
Enternecedora historia, decir por mi parte que éste señor,excelente escultor y mejor persona,se llama, Juan Fernandez Mayo. besos
Hola Limia, me parece muy acertada la definición que haces de la obra de Juan fernández Mayo. Efectivamente yo también me transporto a los orígenes artistícos del hombre cuando contemplo estas esculturas.
Hace ya unos años, José Manuel Diaz, Vichero, magnífico escultor animalista, fundó el neoprimitivismo, término que aspira a ser un movimiento artistico apoyado en una nueva ciencia, la etología, que estudia las bases biológicas del comportamiento animal y humano. En él se argumenta la idea de recuperar aspectos del viejo espíritu animal (arte rupestre) que fué protagonista durante unos 25.000 años. A este movimiento pertenece además de Vichero, Juan Fernández, Chiqui Diaz y otros.
Si, tienes un verdadero artista como padre.
Te felicito por el y a el como artista y padre tuyo.
Un saludo
Ya otros han valorado al artista. Yo creo que la admiración que sientes por tu padre no es por su arte, antes creo que es por su humanidad, que es mayor que su capacidad artistica, que no es poca. Espero que nos veamos muy pronto, entre el 4 y el 8 de abril.
Muchas veces cuando escribo me acuerdo de tu padre. Casi siempre.
Empiezo a teclear y lleno toda la pantalla de frases, palabras, ideas a garabatos.
Luego me digo; -A ver, ya tengo la raíz ahora, como el Juani, a buscar lo que guarda.
Y empiezo a quitar una frase, una estrofa, todo lo que esta tapando la esencia, al carajo, y llega un momento que digo; - Ya no se le puede quitar más. Terminé, ya lo puedo dejar ahí en el aire, para quién quiera lo encuentre.
Y mientras Juani abre el cajón y guarda la maza, el formón, las herramientas volviendo a su frío sueño, yo cierro el “Interné”, bajó la pantalla del ordenador y digo; - Salió lo que tuvo que salir, ahora que viva sólo. Como el Juani.
Y me crece el ego. ¡ Jodida vida “miseriosa”!.
Por fín he tenido la ocasión de visitar tu blog. Como ya te dije un día, me encanta y disfruto con él. He pasado un buen rato entretenido pero esta entrada es para quitarse el sombrero. Y no lo digo por la parte artística que reconoces en tu padre porque ese aspecto lo conocemos todos. Un artista es un artista lo mires por donde lo mires. Lo que verdaderamente me ha gustado de la entrada es el último párrafo. De categoría. Tu padre, por inculcarte esos valores, y tú, por saber apreciarlos y seguirlos y, sobre todo, agradecerlos públicamente. No esperes mejor herencia de tu padre porque ya no cabe. ¡Felicidades!
Aprovecho para decirte que tengo localizado un nuevo "bujero" que te puede interesar. No es un horno, creo que es una vieja mina pero también me han dicho que era una fuente. A ver si pegamos otra escapada. No vuelvas a perder mi teléfono. Un abrazo.
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