Han transcurrido diez años desde que la rotura de la balsa minera de Aznalcollar inundara de aguas y lodos contaminantes una gran parte de la cuenca del río Guadiamar, provocando el mayor desastre ambiental de España, y poniendo en peligro la conservación de un espacio tan emblemático como Doñana.
La verdad es que la labor de recuperación ambiental a la que ha sido sometido el río, ha dado buenos resultados. El bosque de rivera que se sembró está bastante desarrollado y las especies de animales están recolonizando toda la zona.
Las pruebas son, por ejemplo, estas espátulas (Platalea leucorodia) fotografiadas en la pizana, parece que empiezan a subir desde Doñana, uno de los pocos lugares de Europa donde anida.
Sin duda esta rara ave acuática, recibe su nombre por su inconfundible pico que recuerda a una espátula o cuchara, con el cual realiza movimientos pendulares debajo del agua para atrapar pequeños peces, renacuajos, moluscos, y caracoles que habitan entre el fango.
Como podemos observar en la primera foto, las espátulas se asocian en grupos cuando salen de caza. Se colocan en linea y empiezan a batir las charcas de punta a punta. Son pocos los bichillos que se escapan.
La pizana. Octubre del 2008.
2 comentarios:
Es una gran alegría saber que tanto el Guadiamar como toda la zona se estan recuperando satisfactoriamente pero ..... ¿han pagado los culpables? ¿Pagó Boliden? Si sucediera algo así con Las Cruces ¿quien sería responsable ?
Me parece a mi, que los desastres ecológicos siempre lo pagamos los mismos.Crucemos los dedos para que en la nueva mina no ocurra nada.
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