He creído conveniente hacer un hueco en este blog a la fauna urbana, a esos animales que viven cercanos al hombre.
El ánsar común (Anser anser), será el ave que inaugure esta serie de artículos.
Los ánsares comunes de los que os hablo, están domesticados, se quedan todo el año en el mismo sitio y están totalmente acostumbrados a que los humanos le den de comer. Estos de las fotos viven en el lago artificial del berrocal. Sin embargo a mi los que me interesan son los salvajes, esos gansos que vienen a la península ibérica a pasar el invierno procedentes de Europa central.
Al igual que los patos, se trata de un ave palmípeda que pasa gran parte de su vida en el medio acuático, , aunque también se maneja en tierra donde encuentra su alimento, que es básicamente vegetal.
Es en septiembre-octubre cuando las bandadas de ánsares cruzan nuestros cielos. A mi me encanta escuchar en esta época de cielos nublados, los graznidos de los gansos que vuelan arriba formando una uve. Van directo a las marismas del Guadalquivir, allí se pueden congregar en años de lluvia hasta 100.000 ejemplares, después un poco antes de la primavera, se vuelven al norte para criar.
Los jóvenes gansos buscan pareja en su primer invierno y son fieles a ella de por vida, generalmente un adulto viudo no vuelve a encontrar pareja.
El sábado que viene voy a Doñana a verlos, si consigo alguna foto buena os la enseñaré.
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