UNA DE ANFIBIOS

Después de un mes lloviendo, la tierra se ha hartado de agua y los cerros dejan escapar la que les sobra para llenar arroyos y regajos. Se ven grandes charcas en medio de los trigales, donde comen las avefrias y lavanderas. En el Guadiamar las nutrias y los galápagos prefieren la orilla a las aguas rápidas. Las anguilas habrán salido del fango y los peces empiezan a subir río arriba.

Toda la vida ahora gira alrededor del agua. Por eso anteayer decidí visitar unos sitios donde ésta brota de la tierra, fui a bichear por los pozos. Los pozos artesanos, estos de brocales anchos que normalmente acompañan un huerto, dan mucho juego; en verano están casi secos, pero mantienen la humedad, con lo cual siempre hay algo de vida por la zona. En los años de abundantes lluvias, como es el caso, rebosan y dejan escapar a su enclaustrada fauna, que vaga un poco desorientada por los alrededores.

El primero en el que estuve, tenía cangrejo rojo americano por lo que anfibios, poquitos, pero en el segundo pude comprobar con alegría que todavía quedan algunos de estos pozos sin contaminación ni depredadores aloctonos, la prueba de ello es que pude fotografiar ; sapo corredor, rana verde, tritón ibérico, tritón jaspeado y una larva creo de gallipato.