Esta avispa gigantesca, a la que por Sevilla se le llama cinicabrón, servía de entretenimiento a los que hace 40 años eran niños aquí en mi pueblo. Los chavales sabían del gusto de estos bichos por las flores moradas o azules, por lo que iban a buscarlos donde nacían los cardos o los ajoporros. Era casi seguro en aquella época encontrar alguno sobre las flores de estas plantas.
Con mucho cuidado para evitar el tremendo picotazo, cogían al cinicabrón por las alas y lo metían en una cajita de cerillas, le ataban un hilo fino a la cintura y allá que iban a buscar cuevas de arañas donde meter al bicho, de esta forma se presenciaba una tremenda lucha entre dos monstruos.
Esta avispa (Megascolia maculata flavifrons) habita en lugares abiertos, muy cálidos y en especial en suelos arenosos. Es muy escasa en el centro de Europa, siendo un poco más frecuente en las áreas mediterráneas.
Su larva se desarrolla junto a la de los escarabajos peloteros, la hembra merodea los montones de estiércol buscando su presa favorita, la gallineta ( larva de escarabajo), cuando la localiza por el olfato escarba con sus patas peludas hasta llegar a ella, a la cual paraliza con una picada para introducir el huevo en su cavidad abdominal. Después vuelve a la superficie.
La larva de la avispa se alimenta succionando la larva del escarabajo, aún viva pero inmovilizada por la picadura, y después la mata. Tras 2 ó 3 semanas al lado de los restos de su víctima, se transforma en crisálida.
Nota: el ejemplar de la foto es precisamente una hembra, el macho es más pequeño y en vez de tener la cabeza amarilla la tiene negra.
1 comentario:
Hacía muchos años que no veia esta especie, antes era muy común pero ahora no es muy dificil encontrarla. Saludos tartésico.
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