De un rizoma rastrero y ramificado que discurre a poca profundidad, arrancan las endurecidas y leñosas cañas a partir del segundo año de vegetar.
Cuando la tierra es sustanciosa y tiene todo el agua que requiere, las cañas pueden alcanzar en un año 6 metros y tener la base como la muñeca de un hombre.
Las hojas son grandes de unos 5 cm de anchura y largas en forma de cinta ancha. Las flores se agrupan en la terminación de la planta formando un gran penacho lleno de espiguillas. Florece a finales de verano y durante el otoño.
Se cría a orillas de las corrientes, en los setos y vallados de regadío, y donde quiera que tenga, por lo menos temporalmente, un poco de humedad; pero le gusta sobre todo las buenas tierras de aluvión a orillas de ríos y arroyos.
Estos tallos secos de las cañas se utilizan mucho como soporte para algunas plantas de los huertos, como los guisantes o las tomateras, hace tiempo se hacía con ellos trampas para pescar, y todavía se utilizan como techado en los sombrajos, como cañizo, para hacer escobas y muchas otras utilidades más.
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